29 oct 2007

Capítulo tercero: El amor es el milagro del demonio


Nunca en su vida estudió, pero se hizo famoso por asistir a muchas escuelas, siempre a la hora de la salida. Llegaba treinta minutos antes de que sonara la campana y aguardaba, pacientemente, a que restara únicamente un grupito de dos o tres chavitas charlando en la banqueta, cuando todos los padres habían recogido a sus hijas y las colocaban fuera del alcance del depredador.
Las que se quedaban siempre se compraban chicharrones o unas congeladas bon-ice para acompañar sus charlas.
Eso era señal inequívoca de que no tenían prisa por llegar a sus casas, convirtiéndose en consecuencia en víctimas potenciales de Christian.
El joven visitaba también uno que otro colegio mixto, pero sus predilectos siempre fueron los institutos de señoritas, porque la vida le enseñó que en esos sitios era donde menos señoritas habían. La educación de las monjas, por lo general, hacía explotar ese pequeño gen de puta que todas las mujeres guardan en su interior y dotaba a sus clítoris de una insaciable necesidad de ofender a Dios de todas las formas posibles, nada mejor para un satánico como él.
Así, Christian conoció una tarde a La Espíritu Santo, una chica introvertida que por lo general estaba garrapateando notas en una libreta de forma francesa.
Muchas de sus compañeras creían que ella escribía poesía, pero en realidad se trataba de rimas de hip hop cristiano.
Esa tarde de viernes, Christian se hizo acompañar de Adad, quien todavía no empezaba su carrera como seminarista y por lo tanto, era común verlo en la calle. De inmediato, el satánico quedó prendado de La Espíritu Santo. No es que fuera muy bonita, pero le llamó la atención que llevara en su frente un cruz invertida, marcada con ceniza.
—¿Y por qué al revés, si tú eres cristiana?— le preguntó cuando ya llevaba algunos minutos platicando con ella.
—Porque— le respondió la otra, sin apartar la vista de su cuadernode forma francesa— Igual que San Pedro/ Considero que nadie es digno de utilizar/ la señal de nuestro Señor y de Dios, cordero/ porque Él fue primero/ imitar su forma de sufrimiento/ la prueba de su amor/ evocación de su tormento/ por eso la mía la invierto/ la dibujo al revés/ y no es menor mi fe/ ni mi remordimiento/ porque así demuestro respeto/ ¿Cómo la ves?/ ...PAZ.
Siempre que hablaba lo hacía fluyendo y terminaba cruzando los brazos y en actitud retadora. Era una MC nata que no podía dejar de pensar, incluso hablar, en rimas rapeadas.
La estrategia para acercarse a las muchachas afuera de las escuelas siempre fue la misma. Christian se vestía por completo de negro, se soltaba el cabello que ya le había crecido hasta los hombros y jugaba con un cigarro encendido, en sus labios. La vida le había enseñado que a los patanes les va mejor que a los caballeros y suelen cosechar más mujeres que los hombres de buena voluntad. Lo que él ignoraba es que a las chavas les atraen este tipo de hombres, porque es más sencillo romperles el corazón. Entre más rudos se ven por fuera, más endebles son en el interior.
Sin embargo, con La Espíritu Santo y Lucía Fernanda, la amiga que no se le separaba ni un segundo, fue distinto. Lucía se acercó a Christian para pedirle que le prestara su encendedor, él no tuvo que hacer nada. Meses después, cuando ya eran novios, ella le confesó todo había sido un pretexto para abordarlo porque le había llamado la atención el tatuaje que él tenía en el cuello. En realidad no era un tatuaje, le confesó Christian tiempo después, mientras hacían el amor en una iglesia, sino una cicatriz. Christian se había caído por las escaleras del convento de las Carmelitos Descalzas que lo recogieron de la basura, cuando era niño, y una cadenita con la imagen del Sagrado Corazón, que la Madre Superiora le había colgado al cuello, se le incrustó en la piel. Él sólo se puso tinta china encima y se lo frotó hasta que la imagen del Sagrado Corazón quedó deformada en una especie de víscera negra de animal, un garabato parecido a la Santa Muerte.
—Vaya casualidad/ gloria a Dios en las alturas/ que nunca se sepa la verdad/ de tu curiosa acupuntura/ si lo prefieres/ llévate el secreto a la sepultura/ que la marca que llevas en el cuello/ está divina/ aunque la cruz apunte al suelo/ mi frente y corazón están calientes/ y por Dios mi alma camina/que igual sea contigo/ y tu Sagrado Corazón deforme/ estigma e informe/ mi amigo/ de tu anunciada salvación... PAZ.— dijo La Espíritu Santo al conocer la historia, mucho tiempo después, cuando a Christian ya no le gustaba ella, sino su amiga.
Con el tiempo, La Espíritu Santo dejó la escuela de monjas y se fue de México para desarrollarse como MC. Años más tarde, a Adad le pareció leer en el periódico que la joven había ofrecido un concierto privado en el Vaticano, al que asistieron el Papa y sus cardenales.
Esa misma tarde, La Espíritu Santo y Adad fueron a una capilla, donde él la animó a escribir la letra de lo que a la postre se convertiría en su primer sencillo, Juan 3:16.
Christian y Lucía Fernanda, Lucifer como la le decía en confianza, se fueron a un hotel. Se identificaron por ser satánicos y decidieron no contener, como bien estaba expresado en los mandamientos satánicos de Anton LaVey, sus avances sexuales dado que la otra persona estaba de acuerdo en satisfacerlos.
Dibujaron un pentagrama en la alfombra del cuarto con ayuda de un gis y Christian penetró a Lucifer en medio del círculo, mientras ambos rezaban un Padre Nuestro con sus gemidos. Se habían escritor el nombre de Jesús en el cuerpo, él en las nalgas de ella y ella en el pecho de él.
—¿Sabes? Tengo un pariente santo—le confesó Lucifer.
Christian esbozó una sonrisa.
—A mí me criaron unas monjas. Nadie es perfecto— le respondió el otro.
Un tío abuelo de Lucía había combatido en la guerra de los cristeros y una piedra con su sangre fue llevada hasta el Vaticano para que el Papa la bendijera. Su familiar estaba en proceso de beatificación.

26 oct 2007

Capítulo 2.1 La curiosidad mató al gato o lo que sea que fuere


…Dios sacó su guitarra de una funda parecida al manto sagrado. Una Ghost Spirit blanca, tatuada, sí, tatuada. La madera fue tomada del primer cedro y el primer palosanto que existieron. Cuando el santo barbudo la mandó tatuar, sangre escurría del material y Dios la bebió. Desde ese momento la llamó Lilith´s Blood. El tatuaje de la lira era el fresco Creazione di Adamo con una pequeña variación: Lilth veía cómo tocaba Dios al hombre al momento que tenía sexo con Inanna. Dios dijo: Miguel Ángel era un chingón, aunque era medio puto, por eso la imagen de las mujeres. Todo es un equilibrio...

Así leía ella, en la revista Ups Metal Essentials, un pequeño reportaje sobre cómo Dios empezó su carrera de guitarrista.

23 oct 2007

Capítulo 2 La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida


Allí viene. Arrastrando tan cabrón su sexualidad que deja un rastro fuertísimo de feromonas. Le urge bajarme los pantalones. Quiere saturarse de mí, de esa semilla inútil que nunca crecerá por muy fértil que sea la tierra. La comezón ha regresado a mi espalda…

El sudor se está precipitando de mi cara. Mis ojos denotan miedo y ella ya lo olió. Sus pupilas crecieron como la luna llena y adoptaron su color pálido. Mi temor la excita y su andar se ha convertido en un acecho ¿Necesito condones?

No me alcanzo a rascar justo donde la comezón carcome mi espalda. Qué mamada. ¿Mamada? Si, claro. Me gustan. Los perros de la calle han comenzado a ladrar como locos. Veo sombras en las paredes. Ella ha comenzado a mordisquearme el cuello; sus pezones rozan con mi pecho que sube y baja como la luna juega con las mareas. ¡Que nalgas, Dios mío! Perdóname padre, porque estoy apunto de pecar

Ella ha encendido la mecha en mi entrepierna. La comezón de la espalda se ha convertido el dolor. Me toco. Mi mano se ha pintado de rojo. Ella ha olido mis entrañas y ronronea como un león hambriento. Lame mi mano, ahora los dedos. Su boca se ha detenido en el dedo que más sangre tiene y chupa. Chupa un solo dedo. Me toco la frente y siento fiebre. Estoy alucinando…

Ahora que la penetro me doy cuenta de que lo mío no es andar cuidando almas idiotas que gracias a su fuero, llamado vulgarmente, libre albedrío, hacen lo que menos les conviene; o hacen algo que si, pero a costa de los demás ¡Ouch! Me está mordiendo la pierna. Voy a soltar a las ovejas para que sean libres. La comezón se ha ido, que extraño.

Yo de pié, ella hincada a comenzado a chuparme. Me la mama con un locura mórbida, parece que la quiere arrancar. Antes me había dicho si me eres infiel, te la voy a cortar para metérmela yo sola. Ya le comienzo a creer.

Siento que me vengo. No se que hace con la lengua que creo que…oigo pasos, ¡me vengo!

He tenido que retirar uñas de mi trasero. Ella se ha tendido en el sillón púrpura de la oficina. Tiene semen y sangre ya secos en la boca. Le lanzo una sotana para que se limpie.

-Creo que he cometido un error. Cambié mi camino, seguramente estoy condenado.

Ella se inclina un poco para deci qué más da. Dios ha de estar en otro pedo.

-Nos vieron. El chico que salió corriendo. Andaba de negro, cabellos morados.

-Era mi novio, un devoto satánico.

-Maldita. Ahora todos me señalarán. Se acabó.

-Vamos a un toquín, Adad… padre Adad.

12 oct 2007

Capítulo Primero: Nosotros los muertos, ustedes los vivos


El Cake y su servidor hemos resuelto escribir una novela, a cuatro manos y en tiempo real, así que cada vez que la musa nos asalte colocaremos un extracto. Disfruténla y al final, ayúdenos a escoger el título.



Capítulo Primero
Toda su vida fue un perfecto y devoto satánico hasta el día en que Dios mismo se presentó en la puerta de su casa. Fue a la mañana siguiente de que la mujer de su vida le rompiera el corazón. La noche anterior, él estaba decidido a quitarse la vida y brindar por la traición de su novia con una copa de vino, en el Infierno, sentado a la izquierda del diablo.
Abrió la puerta después de que los golpes en la puerta estuvieran a punto de derribarla. Bajo las escaleras bien agarrado del barandal. La cabeza le punzaba al compás de sus pasos. Si no hubiera bebido tanta cerveza, quizá no se hubiera quedado dormido, sobre el teclado de la computadora, antes de cortarse las venas. En realidad se había dispuesto a escribir una novela, una historia de vampiros influenciada por Ismael Rodriguez y Pedro Infante; la llamaría Nosotros los muertos, ustedes los vivos.
Tenía boca seca y las manos dormidas. No había tecleado más que el título, que palpitaba desde la noche anterior en el monitor de su laptop, pero estaba seguro que se trataría de una gran historia. Sin embargo, no la escribiría porque esta noche sí iba a matarse, sin interrupciones.
No podría vivir sabiendo que su novia se había acostado con otro y menos aún, si el 'sancho' era un sacerdote. Eso sí era el colmo. ¿Qué cuentas le daría él a Satanás? El Señor de la Oscuridad no le perdonaría haberse dejado meter semejante gol de parte del enemigo.
Abrió la puerta de su casa justo antes de que la persona del otro lado descargara otro golpe en su superficie, por lo que el puño del extraño se estrelló en la nariz de Christian y lo mandó de espaldas contra la alfombra.
-¡Perdóname!- le gritó el otro y corrió a ayudarlo. Se puso en cuclillas y le examinó la nariz.
Christian se llevó las manos al rostro. Cuando las quitó, las encontró manchadas de sangre.
-¡Me partiste la madre... cabrón!
El extraño, que era un viejo barbado vestido por completo de blanco y con un casco adornando su cabeza, le respondió:
-Espérate, ¡orita te curo...!
Con la resaca arrastrando como la cadena de un fantasma, pero Christian se puso de pie ágilmente y aventó al extraño para atrás.
-¡Tú a mí no me vuelves a tocar!
Detrás del extraño, afuera de la casa, había una Harley Davidson impecable con el motor encendido. Sonaba como una guitarra con distorsionador en medio de la mañana.
-Pero si hasta he resucitado a los muertos, tu nariz es pan comido para mí.
Christian se quedó helado. ¿Resucitar a los muertos? ¿Una moto? ¡Guau!, se dijo sin dejar de sobarse la nariz, ¡Entonces Él, verdaderamente, había vuelto en una Harley!
-¿Qué quieres?- le preguntó Christian a Dios.
El viejo se sonrió y respondió:
-Invitarte a que escuches a mi banda de metal.
Junto a la Harley vacía de dios, se instalaron dos querubines peinados como mohicanos. En la frente, tenían tatuado un versículo del Apocalipsis que Christian reconoció de inmediato.
Se limpió la sangre y los invitó a pasar.

Los escribas

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Éste y el otro

¿A qué pareja se te afiguran Éste y el Otro?

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2 locos: una misma novela

Arthur Gore y el Black Wedding Cake son amigos desde tiempos inmemoriables... han decidido fusionar sus pachecadas en la misma obra. Lee la primera novela (de nosotros) escrita a cuatro manos y en tiempo real...

La novela en proceso (Léanla en orden, porque no es Rayuela, de Cortázar)

Datos personales

El Hades- Lomas de Copula, Louder than Hell!!!!!!, Antigua & Barbuda
Una novela escrita por dos artistas que no pueden evitar cagarse de risa al contemplar lo que la vida ha hecho con ellos... Además, se confiesan dos fans de Polo Polo, Tin Tan y la rola Die for Metal, de Manowar.