
‑Perdón por el desorden- dijo Christian con sarcasmo. Dios movió la mano en actitud desinteresada al tiempo que tiraba unas latas de chela vacías de un sillón desgastado. El barbudo tomó asiento.
-No mames, eres igualito a uno de los weyes de Zeta Zeta Top.
‑Por lo menos, tu pareces darketo del Chopo venido a menos. Pero olvídate de pendejadas. Vamos a mi toquín.
Dios apareció un habano entre sus dedos al cual le dio una fumada larga y deliciosa. Christian se ponía hielo en la nariz y levantaba la cabeza. El hombre de la túnica blanca estiro la manó para intentar curarle el madrazo que sin querer le había propinado cuando tocaba su puerta pero Christian le impidió tocarlo.
-Eres un hijo de puta- dijo Christian- qué has hecho de los destinos humanos wey. El mundo cayéndose a pedazos y tu sentadote fumando un puro que la neta huele un chingo a mota- un puro de mota, pensó Christian-.
-No me vengas con mamadas. Si los humanos han hecho y deshecho con sus vidas, no es mi pedo. Libre albedrío wey, libre albedrío- le dijo al joven al tiempo que le daba pequeños golpes en la cabeza con el dedo índice que sostenía el habano el cual no tiraba ceniza.
-Si pendejo, y porque a la banda que no daña a nadie se enferma o se muere. Son chingaderas.
-Pues eso ya dejó de importarme. Yo a los humanos los hice por puro divertimento. Por eso mejor me dedico al rock. Checa el pentagrama que me tatué en la pierna...
- Chale, tienes pedos wey. Y la neta tu banda me vale puritita madre. De seguro tocas como los Carpenter s.
-Como quieras. Pero recuerda que pocos son los invitados al reino de los cielos.
-¡Chinga tu madre! Y mejor vele llegando que me ando convocando a unos demonios pa que vengan a reventarte unos vía crucis chinos en la cabeza.
-Si, como tu vieja ¿no? Creo que hasta los demonios te abandonaron. ¿Qué se sentirá estar completamente solo? Adiós.
Christian vio alejarse la Harley junto con los ángeles mohicanos. Y muy malo muy malo, pero la soledad era un misterio que no alcanzaba a comprender y le daba miedo. La última sentencia de Dios lo dejo pensando por un segundo, así que lo siguió…